El flamenco en el 2007. Libros, discos, dvds… 'Libros contra la crisis'

Resumen: El flamenco en el 2007. Libros, discos, dvds… 'Libros contra la crisis'

 

El flamenco en el año 2007
Discos, libros, Dvds…

Libros contra la crisis

Juan Vergillos

         Bajamos al sótano. La oscuridad era tanta que tuve que agarrarme fuertemente del brazo de mi nieto, ya convertido en adolescente, para evitar tropezarme y caer. Encendimos una luz y pude acercarme a unas desvencijadas y polvorientas cajas de cartón. Abrí una de ellas. Olía a humedad y el podrido olor del cartón me trasladó a otro tiempo. “Mira hijo, esto es lo que quería enseñarte: en mi juventud la música grabada se distribuía a través de estos soportes de plástico llamados discos”. Mi nieto se quedó asombrado, boquiabierto. Luego me desperté.

         Así he soñado el futuro del disco. Un sueño apocalíptico, auspiciado por la falta de ideas, la avaricia y el victimismo de las grandes discográficas. Dicen que los ricos también lloran pero esto es demasiado. El mercado del disco funciona, como todo mercado libre, por la ley de la oferta y la demanda. Y si la gente no compra discos es, simplemente, porque no se le ofrecen productos de calidad. Mire usted las reediciones: las grandes discográficas tiran de archivo, para no pagar royalties, y presentan las viejas grabaciones tal cual, sin un mínimo de documentación, esa que ellos poseen de primera mano en sus almacenes. ¿Cómo es posible que compre un disco de Caracol y en el disco se me indique que es una grabación de 1987, año en el que nuestro cantaor llevaba tres lustros criando malvas? Así están las cosas: ¿para qué comprar un soporte musical que resulta menos fiable, y muchos más caro obviamente, que una grabación pirata? ¿Pretenden que los costes de las grabaciones se abaraten para todos menos para el consumidor final? Eso es imposible, como está demostrando el mercado. La única solución es ofrecer productos de calidad, bien producidos y documentados, cosa que no está ocurriendo hoy. Y, lógicamente, grabar a quien tenga algo que decir, no la décima fotocopia del peor Camarón, por no salirnos del ámbito que es propio. Los culpables de la crisis del disco son las discográficas, aunque todos salgamos perjudicados.

         Más, ¿quién dijo crisis? Gracias a esta crisis muchos artistas pueden grabarse, y hasta distribuirse, sus propias obras, y por ahí nos han llegado los mejores discos de este año. Así el‘Casa-cueva y escenario’, mal producido y peor realizado (no podemos hablar de dirección), aunque contenga desternillantes momentos de emoción pura de parte de su protagonista y de Isabel la Golondrina (grábenle ya un disco a esta mujer, señores de las casas pequeñas, verán que pelotazo).

         Ante la falta de rigor y de documentación de parte de las discográficas  históricas, los aficionados han acudido a los expertos. A los libros. El mercado editorial del ensayo flamenco manifiesta una inquietud sorprendente, gracias sobre todo a la labor de empresas como la cordobesa Almuzara que este año nos ha ofrecido, entre otros, tres títulos divulgativos imprescindibles:Flamencos de Gañanía, una mirada al flamenco en los cortijos históricos del bajo Guadalquivir”. Una nueva editorial, la catalana Norte-Sur, anuncia una nueva colección dedicada a clásicos de la flamencología. Los lectores estamos pues de enhorabuena.

 

 

El flamenco en el 2007. Una geografía flamenca para 2007

 


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