Entrevista el Olivo. Cristina Hoyos. El compás en su justa medida.

El Olivo
“A quienes bailamos
flamenco nos llaman bailaoras, porque el flamenco tiene
un léxico propio. Yo me siento flamenca y bailaora”.

 

“Gades
es una referencia primordial en mi vida. Estuve 20 años
en su compañía e hicimos cosas de las
que estoy muy orgullosa”.
“Mi
cuerpo baila y baila desde siempre. De chiquitita, yo
estaba en la cama y ponía los pies sobre la pared
y me ponía a bailar”.


Cristina Hoyos es la bailaora a quien más gente
ha visto bailar. Su arte en el espectáculo
de los Juegos Olímpicos de 1992 fue seguido
a través de la televisión por más
de 300 millones de personas. Su último espectáculo
es “'Al Compas del Tiempo” enteramente dedicado
al arte gitano andaluz más jondo, donde quince
artistas sobre el escenario emocionaron al público,
que día tras día llenó los teatros
en que se presenta la obra.
Ella misma lo define como “el baile sin concesiones.,
sin utilizar subterfugios que se pierden en la nada
sometidos a ritmos trepidantes. Siempre he buscado
el encuentro con lo que perdura por ser auténtico'.

El Olivo :
¿Cómo se define Cristina Hoyos, como
bailarina o bailaora?

Cristina Hoyos:
Yo soy especialista en flamenco, pero soy bailarina
también porque bailo español y técnicamente
me he preparado para bailar danza española.
Pero ocurre que soy flamenca y a quienes bailamos
flamenco nos llaman bailaoras, porque el flamenco
tiene un léxico propio. Yo me siento flamenca
y bailaora.

:
¿De dónde proviene tu afición
al baile?

C.H. Mí cuerpo baila
y baila desde siempre. De chiquitita, yo estaba en
la cama y ponía los pies sobre la pared y me
ponía a bailar. Luego ponía la radio
y bailaba y bailaba al son de lo que escuchase. Pero
he tenido la fortuna de nacer en Sevilla y de escuchar
más flamenco que otra cosa, y entonces es lo
que se me pegó. Si hubiese nacido en Inglaterra
o Rusia -por decir algo- hubiese bailado igual, quizás
no flamenco, o quizás hubiese llegado al flamenco
después, pero hubiese bailado porque yo sé
que en mi cuerpo el baile va dentro de mí y
será difícil que se desprenda. El hecho
que haya nacido en el manantial hizo que bailara flamenco.
Piensa que en la época de mi niñez yo
vivía en una casa de vecinos y al no haber
televisión había más reuniones,
mas fiestas en que la gente tenía que recurrir
a lo que sabía hacer para pasar un rato entretenido.
Y eso era cantar, bailar.. y yo con eso encantada.
Así comencé a ir a la escuela de Adelita
Domingo, que era una escuela más de tonadilleras
que de flamenco, pero allí aprendí mucho
y a los trece años estaba bailando en las fiestas
de los pueblos de Sevilla. Luego trabaje en el tablao
“Patio Andaluz', más adelnte en “Los
Gallos” donde estudie y trabaje al lado de personalidades
flamencas como Farruco; Antonio Mairena o la Paquera
de Jerez…

:
Hoy ya todo ese tiempo ha pasado, sigues bailando
cada noche, enseñas a los más jóvenes-
creas coreografías y espectáculos- haces
cosas para el cine y la televisión. ¿En
cual de todas estas facetas se siente más a
gusto Cristina Hoyos?

C. H.: A mí lo que más
me gusta es bailar… pero creo que una bailaora no
debe conformarse sólo con bailar. En ese sentido
tiene que tener más ambición… Hace
diez años desde que por primera vez puse en
escena el primer espectáculo con mí
propia compañía y estoy muy satisfecha
con los resultados obtenidos. Siempre hacia atrás
desde aquel “Sueno flamenco” que me abrió
las puertas la ópera de París y desde
allí miro al mundo para retomar lo que permanece
y adaptarlo al ritmo de los tiempos, salvaguardando
las raíces y buscando su evolución.
Raíces y esencia es lo que no se debe perder
en el baile flamenco. Pero a la vez me gusta mucho
trabajar con los jóvenes. Yo creo en la gente
joven, si miras la edad media de los artistas de mi
compañía lo verás. Creo que hay
un abanico de gente joven maravillosa, que luchan
por nuestro arte, por su significación, por
la calidad y por el buen hacer. Indiscutiblemente
hay quienes van en búsqueda del éxito
rápido, pero también hay quienes trabajan
y luchan sin ser conocidos pero aportando al desarrollo
del arte.

.:
¿Qué baile te gusta más el del
hombre o el de la mujer?

C.H.: Ambos me gustan, pero los dos
son distintos. De las mujeres me gustaron La Argentinita;
la hermana de Pilar López; Rosario y por supuesto
Carmen Amaya que era única. Carmen siempre
era maravillosa, cuando bailaba por derecho o cuando
hacía cosas en que abusaba del tipismo y parecía
comercial: siempre tenía duende y ángel.
Entre los hombres me quedo con Vicente Escudero a
quien yo ya vi de mayor, y con Antonio Gades…
Gades es una referencia primordial en mí vida,
estuve 20 años en su compañía
e hicimos cosas de las que estoy muy orgullosa: Bodas
de Sangre, El Amor Brujo, Carmen fueron espectáculos
que no solo ha mí me han marcado, sino que
han contribuido a hacer afición. Con Gades
yo depuré mi técnica porque yo antes
bailaba de una forma más rebelde, más
anárquica y con él adquirí conocimientos
y pulí mis asperezas.
Pero volviendo al tema de hombres o mujeres en el
baile, te quiero decir que por épocas tienen
más éxito los hombres y por otras las
mujeres y depende eso de no se sabe que. Hay mujeres
que zapatean mucho y hombres que mueven más
las caderas y las manos, quiere decir que hoy está
todo más unificado en el sentido del baile.
Pero a mí me gusta que en el baile el hombre
sea hombre y la mujer, mujer. Mí manera de
pensar es que el apartado del zapateo hay que dejárselo
al hombre y la mujer debe abusar de las cosas que
el hombre no puede hacer.

.:
Has recibido muchísimos premios ¿con
cuál de ellos te quedarías?

C.H.: Todos los premios tienen para
mí el mismo valor, tanto el que me ha entregado
un primer ministro como el que me da el presidente
de una peña, pero quizás le tenga un
poco más de cariño al de las bellas
artes que me entregó SM el Rey Juan Carlos

 



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