Entrevista con Lole Montoya

 

Entrevista
con

LOLE MONTOYA

“Lole y Manuel
juntos somos una bomba, pero por separado cada uno tiene
su arte”

“Ni el oro ni la plata” es
el nuevo disco de Lole Montoya. Un disco que a Lole
la ha enriquecido como artista, aunque se ha encontrado
con algunos obstáculos para grabarlo y luego
tener el respaldo adecuado. Hay temas con letra y música
de la propia Lole y de su ex compañero Manuel
que interviene en tres canciones del aportando el espíritu
de ese dúo revolucionario que todavía
perdura. Su hija Alba y su madre la Negra también
colaboran en uno de los tres temas en árabe que
contiene el disco, pues la mezcla del flamenco y el
árabe siempre ha estado muy presente en Lole,
como demuestra en este nuevo trabajo. Bulerías,
tangos, alegrías o la ‘Nana de la cebolla’
se escuchan en “Ni el oro ni la plata”
con esa voz de Lole cargada de metal, tan especial e
inconfundible.

¿Qué recoge
tu nuevo disco “Ni el oro ni la plata”?

Hay como pequeñas historias. Por ejemplo “Bentijamila”
que significa ‘niña hermosa’ es de
todo el tiempo que estuve en Madrid que iba cantando
por la calle, acordándome de mi niña Alba,
y lo que iba naciendo en mi corazón de no verla
tanto, aunque iba a verla…pero esos tiempos difíciles
que se pasan en la vida. Es un poema muy bonito, tus
ojos, tu corazón, son mis vivencias al estar
fuera de mi niña un tiempo. Recoge un montón
de cosas y de todos los mensajes hay una sanidad interior
y mental muy buena, que hay que trabajarla.

En el tema de “Soledad” estoy hablando
yo y en tercera persona, es un poco lo que escribe el
poeta, que es recíproco, te das cuenta como el
ser humano se necesita. Nosotras nos hemos conocido
aquí una vez, por medio de la música,
tenemos un contacto, esto para mí es una relación,
no es solamente la cosa de que tú te dedicas
al periodismo y yo a la música…es una cosa
que nos importa a las dos, creo yo.

“El flamenco son tus
vivencias, es lo que a ti te pasa todos los días”

En
el disco hay tres temas en árabe, ¿siempre
has fomentado la relación entre la música
flamenca y la árabe?

Sí, porque cuando tenía once años
empecé ya a escuchar música árabe,
lo que se hacía en Egipto concretamente. Toda
la música árabe es bonita, la que se hace
en Marruecos también, pero en Egipto es muy especial
porque es como la cuna, como si te vas a Triana de Andalucía
o a Jerez y es mucho lo clásico, ha habido mucha
riqueza. Incluso la poesía árabe es muy
bonita, mucha solera, sus costumbres y la música
tiene una pulsación y una historia magnífica.
A mí me ha enseñado tanto la música
árabe…a modular, incluso dentro del flamenco,
en mis canciones me ha enseñado muchísimo,
ten en cuenta que mi madre siempre me cantaba y mi padre
siempre me traía discos clásicos de música
árabe cuando iba a Londres a actuar. Bob Dylan
decía que la mejor cantante del mundo era Om
Kalsoum, porque era una mujer que era un mito en los
países árabes, además del mito
era alguien muy especial. Yo empecé a escuchar
música árabe y está en todos mis
discos y dentro de los de Lole y Manuel.

 

En uno de los temas en árabe
“Tercera generación” colaboran tu
madre y tu hija, ¿el árabe está
muy arraigado en tu familia?

Porque toda la familia de mi madre y mi madre, son nacidos
en Casablanca, pero ellos son andaluces, son españoles,
no tienen sangre árabe, son gitanos, pero nacieron
allí. Mi abuelo Joaquín era de Triana
y mi abuela Luisa, de Jerez, entonces fíjate
la mezcla que había, como bailaba mi abuela con
aquellos brazos, ¡tremendo como bailaba! y mi
abuelo cantaba, una maravilla. Me acuerdo que yo era
chica, pero ahí estaba siempre la música
árabe. Mi madre la cantaba desde chiquitilla
cuando la ponía mi abuela a cantar y en las ferias
cuando yo tenía doce años. Mi tía
Adina y mi madre fueron las personas que en la época
de Manolo Caracol, introdujeron el árabe en el
flamenco, lo trajeron a Andalucía.

“El árabe está
mucho en mí, me viene de mis padres, de mi propia
naturaleza”

¿Y lo habláis
bien?

Sí, un poco, igual que el francés porque
también se habla allí y mi hermana, la
que va detrás de mí, es marroquina, lo
que pasa es que somos españoles, pero nacida
allí, y toda la familia de mi madre habla muy
bien el francés y el árabe y cantan todos.
Mis tíos y yo tuvimos que aprender un poco para
saber bien lo que estaban diciendo. En Bentijamila por
ejemplo dice: “ni la torre del oro ni la giralda”,
son cosas tan bonitas, tan representativas en Andalucía
y tan árabes, “es para mi niña,
mi niña Alba”
, y yo hacía comparaciones
arquitectónicas, porque era también de
la poesía árabe antigua, que es muy bíblica,
de tiempos de Salomón, algo tan extraordinario,
que ya se ha perdido, pero a mí me encanta porque
es la parte romántica. Yo, no es que sea tan
romántica, pero si bastante. El árabe
está mucho en mí, me viene de mis padres,
de mi propia naturaleza, de mi forma de ser con los
hijos, tan romántico, tan sensible, las personas
que son tan padres no solo se sienten padres de sus
propios hijos carnales, eso se ha dado mucho en muchas
razas, en los gitanos y en los judíos, pero es
bonito, porque ves la parte positiva de la familia,
no una parte acaparadora, es la parte bonita donde hay
respeto y fidelidad.

Hablando de familia, hay
una evolución musical importante partiendo de
tu madre pasando por ti, hasta tu hija, pero el árabe
como el flamenco siempre están muy presentes.

– Sí, mi madre es la que nos lo enseñó.
Yo cuando era chica mi madre me sentaba en una mesa
y me tocaba, y yo me ponía mi pañuelillo.
Alba lo ha estado viendo y le dije: “hija, haz
esto conmigo que es muy bonito”, por eso está
el tema que se llama “Tercera generación”
y ella admira eso de mi madre y de mí, ¡qué
difícil!, ¡qué bonita! y desde chica
con Manuel igual, ha estado escuchando música
árabe, es para nosotros como la bulería
misma.

¿Qué tiene
tu cante del de tu madre la Negra, de esa voz tan flamenca
que tiene?

Yo creo que el espíritu de ella, como hace las
cosas, aunque yo empecé a educarme de otra manera
y a hacer “La Mariposilla” y hacer otro
estilo de cosas. Ese genio, mi madre lo sabe vender
muy bien, se pone de pie, canta y baila y lo mismo para
cantar sentada. Sí que he heredado mucho la parte
de mi madre, aunque cante distintas cosas. A veces se
nota mucho, porque yo escucho y digo: ¡uy, mira!
Mucha gente dice: tú cantas muy diferente que
tu madre, pero cuando yo la escucho me sorprendo a mí
misma, pues sí me parezco. Se ha evolucionado
mucho, pero el flamenco tradicional es muy bonito en
gente que es pura, que siguen guardando la bulería
en su ritmo. Mi madre es muy especial y mi padre también
lo era, bailaba y tenía un ritmazo.

¿Con el paso del tiempo
se va volviendo a los orígenes o tú sigues
conservando ese espíritu de Lole y Manuel con
el que rompísteis moldes?

Sí, el espíritu de Lole y Manuel siempre
va a estar. Todos los discos que han hecho Lole y Manuel
están muy fundidos. Manuel ha compuesto la música
y la letra, y lo que es el ritmo, es muy de los dos.
Está puesto entre dos espíritus, dos personalidades
que eran una, y lo veías. Todo eso ha sido bastante
especial, pero por ejemplo también incluyo la
bulería tradicional como en “Ni el oro
ni la plata”. Si te das cuenta, ahí se
mantiene el flamenco tradicional, las palmas y el ritmo
y la forma trianera y jerezana, porque están
los guitarristas de allí y se funde Triana con
Jerez. Eso es tradicional, de la familia Montoya, de
Parrilla y de Morao, porque ese es el flamenco tradicional
con soniquete.

Manuel interviene en tres
temas del disco, ¿sigue habiendo entre vosotros
una colaboración estrecha?

Yo le dije que quería que hubiera algo nuestro
e hicimos la “Nana de la cebolla”, también
compuso “Cantaba al mar”, las alegrías
que son tan cortitas, ¡qué son tan bonitas!,
es una delicia como está hecha. Yo no me tiro
flores a mí misma, porque cuando me gusta alguien
lo digo de verdad, cuando hay alguien con una forma
nueva de tocar o alguien que canta con gusto por bulerías,
me quedo a escucharla y me voy con esa persona. Pero
en este caso que lo hemos hecho nosotros dos, me parece
que como está hecha, donde toca él, como
me meto yo, es una canción, pero son alegrías,
¡es tremenda!, a mí me parece algo genial
desde el punto de vista como músico, no te lo
digo como Lole y Manuel, y él también
se quedó sorprendido ¡qué ha salido
aquí! o ir a los estudios a grabar y hacer la
primera canción y decir ¡eso no lo vayas
a borrar! ¡que ha quedado tan bonita! Después
hemos hecho muchas bonitas, ¡uy esta!, ¡ay
la otra!, porque a mí me aburre cantar siempre
igual. Puedo cantar las mismas cosas siempre, “El
Romero verde” por ejemplo, que me llevo mucho
tiempo cantando eso, que no es fácil cantarlo,
pero nunca lo he hecho igual, porque juego con los músicos,
con el tiempo, me meto por ahí, no me puedo encasillar,
porque me aburre.

¿Sigue teniendo vigencia
lo hecho por Lole y Manuel?

Conserva su vigencia y es una escuela para todo el mundo.
Hay bailarinas que me dicen: “estamos haciendo
un espectáculo, estamos ensayando con tu música”.
Tanta y tanta gente, y ha sido una escuela, algo especial,
nuevo, completamente nuevo, que después salió
el flamenco vivo, el flamenco fusión, pero todo
viene del mismo camino, hemos abierto un camino de creatividad,
de ritmos, de formas, de decir la poesía, cuando
nadie la decía, porque entonces se estaba haciendo
la Casa de Bernarda Alba, o García Lorca en los
teatros, y después empezó a cantar Camarón
la nana, pero en el flamenco no se solía, porque
el flamenco era más el grito del pueblo y la
gente sentía lo que sentía el pueblo.
Cuando a nosotros nos preguntaban siendo jóvenes
¿qué es el flamenco?, Manuel decía
es un pájaro (ríe). El flamenco en verdad
son tus vivencias, es lo que a ti te pasa todos los
días, nosotros rompimos con esos moldes tradicionales.
No hacíamos lo que hacía mi abuelo. Yo
escuchaba a Caracol, escuchaba a Fernanda, Bernarda,
Camarón, pero era ¡tan nuevo!, ¡tan
nuevo!, a Camarón le encantaba. Es algo que esta
vivo, además mientras que estemos los dos vivos,
está vivo. Es una leyenda.

“Lole y Manuel conserva
su vigencia y es una escuela para todo el mundo”

¿En cada disco te
gusta innovar?

En este hay cosas nuevas. Mucha gente quería
componer para mí, pero quería componer
como Lole y Manuel y no, no, porque no es así.
“Soledad” la he tenido que hacer yo sola,
porque no era una bulería, te puedo demostrar
como va, primero como blues, despacio (tararea) y ya
empieza a meter la bulería, no es fácil.
“Soledad” es un trabajo de monos. “Semejantes”
también, todos los tiempos, los silencios, pasar
de un ritmo a otro, he tenido que hacer yo sola la producción,
porque lo que me hacían, no me gustaba, no lo
veía yo así. A la hora de recortar o hacer
un quejío con la garganta, tiene que ser lo que
yo siento, tiene más expansión o tiene
que ser algo que tu me des o que yo lo vea muy claro
y si me gusta, lo voy a llevar a mi terreno.

¿Te ha costado mucho
abrirte camino a ti sola tras la separación de
Lole y Manuel?

Lo que es personalmente a mí no, porque a mí
el don me lo dio mi padre y mi madre. La gente tenía
prejuicios en las oficinas, porque decían: “no
tenemos el producto, no vendemos”, pero ellos
saben que nosotros juntos somos una bomba, pero que
por separado cada uno tiene su arte. En cuanto al sistema
de vender la gente tiene muchos prejuicios, después
yo he podido demostrar que puedo cantar con un cuarteto
árabe, con dos guitarras, palmas, y estupendamente.

“La gente tiene muchos
prejuicios, después yo he podido demostrar que
puedo cantar con un cuarteto árabe, dos guitarras,
palmas, y estupendamente”

Con este disco has tenido
algunos problemas con las casas discográficas.

He tenido que hacer sola toda la producción,
he tenido que buscar a toda la gente. La gente que es
pesetera quiere recobrar en el momento lo que ha gastado.
A mí no me interesa trabajar así, a mí
me interesa trabajar con gente soñadora, con
gente que le haga ver a la juventud que tienen capacidad
de soñar, no que me llevo el dinero, te lo gastas
y así es como te quedas.

El disco se pensaba grabar
en principio con la casa Emi, ¿luego no fue así?

Bueno, Emi se quedó ahí, no nos contestó,
muchos días, mucho tiempo, no nos dijo nada,
nos tuvo dos años parados. Después por
otras causas la cosa se ha terminado de rematar. ¿Sabes
lo bueno que yo tengo? el público, lo mismo le
gusta a un guitarrista jovencito, que no es de mi generación,
pero ya me conoce porque sus padres le cantaban y la
gente, desde un intelectual, desde Gala a cualquiera,
porque lo que hemos hecho es muy exquisito y luego coges
este disco “Ni el oro ni la plata” y yo
no he perdido, he ganado en mi espíritu como
artista. Lo he pasado mal, porque no me he querido vender…siempre
he estado en teatros a un nivel muy alto.

“A mí me interesa
trabajar con gente soñadora, con gente que le
haga ver a la juventud que tiene capacidad de soñar”

¿Sigues con tus recitales?
– Claro, con mis recitales y ahora haré otras
cosas. Ha cambiado todo, yo no tengo veinte años,
lo veo todo de otra manera.

A ti no te desanima nada,
se te ve muy volcada en tu carrera.

Claro, es que es lo que más me gusta. Yo no tengo
ningún prejuicio de hablar de Lole y Manuel,
sigo hablando de eso como algo que está estable,
tampoco he vendido chismes, en algún momento
lo podía haber hecho, pero no lo he hecho. Lo
que te estoy hablando no es para echarme flores, no
es dármelas ¿de qué? El que sabe,
como en todas las profesiones, siempre se calla, es
una actitud. Eso de crear tus propios reinitos, de primero
yo y después yo, y luego no hay creatividad y
se pierde la capacidad de soñar, eso es contracultura.

“Mucha gente quería
componer para mí, pero quería componer
como Lole y Manuel y no, no, porque no es así”

¿Qué proyectos
tienes?

Quedar ahora tranquila, hacer mis galas, en Casa Patas
quiero hacer cosas interculturales y ya me gustaría
empezar a hacer un nuevo disco.

Sonia Martínez Pariente
smpariente@deflamenco.com

 

 

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