Entrevista con José Anillo 'Los balcones de mi sueño'

Entrevista: Pablo San Nicasio
Fotos: Rafael Manjavacas

“CANTANDO CON SINCERIDAD YA SE ES DIFERENTE”

El apellido Anillo últimamente se venía ligando y emparentando con Encarna. Cantaora que va ganando nombre a pasos agigantados y cuyo eco se rifan compañías y cada vez más teatros. Su hermano José, muy vinculado desde siempre a ella, le produjo aquel primer disco, no lejano, y nos presenta ahora su debut en el mercado: “Los Balcones de mi sueño”. Proyecto elaborado a base de esfuerzos y fatigas de todo tipo, en cuyo recorrido desvela buena parte de los treinta y tres años de vida que le han puesto en el trampolín del flamenco.

Costará hacer un primer disco
Sí, y la vida de este disco va mucho más allá de estos días, en los que ha tenido por fin forma física. Fíjate, hace diez años ya sabía que se llamaría “Los Balcones de mi Sueño”. Además, en casa de mis padres todavía tengo la maqueta, empezada entonces, y en la portada ya ponía eso. El balcón de mis sueños es el puente de Carranza, que es la señal que me dice que ya estoy de vuelta a casa, en mi tierra, donde me gusta estar”.

Me hablas de Cádiz ¿Ahora dónde te mueves?
Hace tiempo que no vivo en Cádiz. Allí pasé mi infancia pero pronto me fui a Sevilla y luego vine a Madrid. Aquí estuve dos años, y ahora he vuelto a Sevilla. También he pasado muchas temporadas en Tokio, en el tablao flamenco tan famoso que hay allí. Ahora han cerrado algunos, pero ese permanece todavía. En Japón cumplí los dieciocho”.

¿Cómo se hace para sacar disco solista y ser cantaor para bailar?
Es que yo realmente sólo tengo una manera de concebir esto. Sí, es verdad que suelo trabajar para baile, pero yo me caracterizo por dejarme llevar y punto. No cambio el chip, no me sale”.

¿Un poco como tu hermana?
Puede ser, pero es que ella además baila muy bien y sabe de baile muchísimo. Ella empezó bailando con muy poquitos años, con cinco, y hay vídeos de ella con bata de cola haciendo unas alegrías con seis. Yo empecé cantándola mientras ella bailaba, y llegó a pedir que siempre fuera yo el que la cantase…menudo huracán estaba hecha. Luego un poco por mi estela ella se animó al cante y las influencias han sido recíprocas.

Somos los dos únicos miembros de la familia que nos hemos dedicado profesionalmente al flamenco. Aunque ya había afición.

Nuestra convivencia siempre ha sido estupenda y fue a raíz de producir su disco cuando le cogí el gusto a esto del estudio. Ella empezó con Miguel Poveda de productor, pero su agenda hizo imposible que acabara, así que cogí yo la  responsabilidad mientras él pagaba (risas)”.

¿Qué vinculación tienes con Juan Villar?
Mucha. Él es para mí un maestro. No me ha enseñado directamente a cantar pero yo desde siempre he ido a sus conciertos y he tratado de acercarme a él todo lo que podía. Además mi padre se crió en la calle Lubet, en Cádiz, como Juan. Eran vecinos. Y nos une una relación casi familiar.

Cuando cantamos juntos las bulerías del disco lo pasé fatal por los nervios.  Me había llevado a comer a toda mi gente a la bahía y después, todos juntos, dieciséis personas, nos metimos en el estudio a grabar. Todos recién comidos…Y Juan y yo frente a frente en una mesa… vaya horas para cantar. Pero bueno, nos pusimos ahí, dándonos compás y así, sin más. Sin duda uno de los momentos más importantes de mi vida. Con mis padres allí…”.

¿Te ha dado algún consejo?
No le quise molestar más allá de su intervención. Con eso me vale, y me lo quedaré siempre”.

No es el único “sueño” de este balcón
He contado con el apoyo de mucha gente. Ahí está mi hermana, Alfonso Losa y Juan Ogalla poniendo los pies…Jorge Pardo que estuvo fantástico conmigo casi sin conocerme de nada. Lo tuve más próximo cuando trabajó con mi hermana y Juan Diego en un proyecto de no hace mucho tiempo, pero sin más. Seguía conociéndolo más de oídas. Y por supuesto sabía todo lo que había hecho antes.

Paco Cruz me consiguió su teléfono y no veas…llegó al estudio de grabación recién venido de Barcelona y sin pasar por casa. Se volcó. Es un hombre que trabaja con una armonía y un buen rollo…”

“Ayer venía viendo un documental de Atahualpa Yupanqui, donde decía que el cantar es como rezar dos veces, una al pueblo y otra a Dios. Tú a tu mujer no le puedes decir te quiero fuerte o gritándola”

Y seis guitarristas muy diferentes
Sí, y todos de lujo. Por un lado Alfredo Lagos, que me encanta, un guitarrista gaditano que siempre ha estado muchos años vinculado a mí y a mi hermana. A su hermano lo considero uno de mis maestros. Pasa un poco como con Rafael Rodríguez y Paco Cruz, que son dos musicazos, de los más grandes que yo veo en el flamenco y que no han trascendido… gente que me ha visto crecer, estar bien, mal… y luego José Luis Montón. A raíz de mi colaboración con él en “Flamenco Kids”, en la “Nana de Luis”. Yo dije…yo quiero esto para mi disco. Fue la primera persona que me abrió la vía de hacerlo. Cuando llegué hace años a Madrid con la maqueta de mi bulería “A solas con tu piel”, la oyó y ya empezamos a tener contacto. Es un guitarrista único, y el aire que le da a los tientos sólo lo puede hacer él. Y también “Soñar Contigo”…que es un tema muy a su medida. También participan Cano y Juan Requena. Los seis tocaores, no obstante, se reparten tarea en el disco”.

¿Tu hijo tiene ya nombre artístico?
Se sabe todas las letras del disco, con cuatro años que tiene. Y ahora las canta mejor que cuando grabó el “bonus”. Lo hizo con tres años, hace casi ya uno, en Semana Santa… yo creo que a este paso se llamará Joselito Anillo “El Niño de los Lunares”… que es como le llama la madre de mi novia. Como se ponga ya verás… Su intervención es eso, un guiño, una canción que siempre le cantaba yo… quién sabe donde llegará”.

¿Tú querrías…? muchos guitarristas no quieren ni oírlo mentar eso de las sagas…
Porque los guitarristas lo tienen peor. Los cantaores podemos estudiar tumbados, los guitarristas tienen que estar horas y horas sentados, dándole duro…yo soy feliz siendo cantaor, vivo de esto y no me importaría en absoluto que mi hijo también lo fuera”.

 

“Enrique Morente me dijo: “mira José, por mi condición de amigo, veterano y aficionado tengo la obligación de ayudarte”…”

A pesar de haber once temas, hay poco que se salga de lo estrictamente flamenco
Es que no sé hacer otra cosa. Si acaso la versión de “Soñar Contigo” por bulerías… pero en los tiempos en los que estamos no hace falta hacer cosas raras. Simplemente con ser uno mismo ya se es diferente. Podemos cantar lo mismo que nuestros antepasados pero que suene de otra manera, simplemente por el hecho de que ahora se vive de otra manera”.

La malagueña me resulta llamativa por lo lenta
Es que si quieres que lleve el aire de “El Mellizo” tiene que ser así, no hay otra. Triste y casi como si fuera un número de canto gregoriano. Despacito y flojito. Ayer venía viendo un documental de Atahualpa Yupanqui, donde decía que el cantar es como rezar dos veces, una al pueblo y otra a Dios. Tú a tu mujer no le puedes decir te quiero fuerte o gritándola…pues eso.”

Te acuerdas de Juan Varea. Flamenco en otros tiempos ninguneado
Ese tema tiene historia. A mí Juan Varea siempre me encantó, lo llevo escuchando muchísimos años. Pero nunca me había cruzado con “Consuelo la Granaína”. Tanto que yo tenía claro que algo suyo tenía que aparecer en el disco. No sabía exactamente qué. Total que un día, yendo con mi novia por el Rastro, aquí en Madrid, dí con una antología de esas de muchos cantaores. En este caso era sólo de fandangos. Un vinilo por ahí perdido entre tantos. Y entre ellos salía Juan Varea cantando ese tema con Perico el del Lunar. Me gustó tanto que los escogí para mi disco.

Luego, con el tiempo, me enteré de que esos mismos fandangos eran los que mi abuelo le cantaba a mi abuela cuando la estaba rondando, antes de hacerse novios. Figúrate, cuando lo escucharon, que además fueron los primeros…ellos llorando como niños…cosas del destino”.

“Cada día es una vivencia y como yo trato de ser auténtico y sincero, me dejo llevar por mis emociones para captar las cosas y luego contarlas cantándolas”

¿Qué son las “simples cosas”?
Las que son imprescindibles, y si no las tuviéramos…como el aliento.”

¿De quién más se acuerda uno cuando llega su primer disco?
Pues mira, hay mucha gente y muchas historias dentro de esto. Pero sobre todo tengo que mencionar a Enrique Morente. Yo me tiré con él hablando por teléfono todos los días los dos últimos meses antes de que se nos fuese.

Para hacer este disco fui poco a poco, juntando músicos, pagando esto, lo otro…alguna discográfica me ofreció algo pero luego se rajó…total que me vi con el disco grabado pero nada más. Ni edición, ni fabricación, ni distribución…nada. Ahora no pasó como antes, en el otro disco, con Poveda de “pagador”, ahora no había nadie…

Me armé de valor y un día llamé al maestro. Él me dijo: “mira José, por mi condición de amigo, veterano y aficionado tengo la obligación de ayudarte”…”

Vaya detalle
Luego vino la tragedia tan grande que todos sabemos, pero fíjate. Él me hablaba de la malagueña, que le encantaba…pasó todo y no pudo hacerse nada de lo que teníamos previsto. Donde se encuentre, que tiene que ser un sitio privilegiado, hizo lo posible para que yo me cruzase con José María Ramírez, un chico de Bilbao, que era dueño del sello “A compás arte” y que se encargó de todo. Y gracias a él…”

¿Por qué crees que José Anillo es único?
Bueno, mi familia es única y mi vida es única. Ellos me han transmitido la humildad y la verdad. Tengo esas cosas y con ellas me basto. Cada día es una vivencia y como yo trato de ser auténtico y sincero, me dejo llevar por mis emociones para captar las cosas y luego contarlas cantándolas. Y me mantengo teniendo esa filosofía de que cada rato es una oportunidad artística, una sucesión de momentos que merecen la pena ser llevados al flamenco. Así que con unos guitarristas como ellos, los de mi disco, de los que uno no se tiene que preocupar porque son geniales, ya me vale”.

 


Ver ficha CD – compra on-line

 


Salir de la versión móvil