Entrevista a Agustín Carbonell 'El Bola' nuevo disco Rojo y Rosa

Texto y fotos: Pablo San Nicasio Ramos

«No me gustan los fuegos artificiales en música»

Lo más silencioso y acogedor que encontramos aquella mañana de lunes fue la guitarrería de Pedro de Miguel, habitual centro de reunión de guitarristas. Amor de Dios hervía y en las cafeterías no había más que ruido. A Agustín Carbonell “El Bola” se le veía con ganas de hablar y nos iba pidiendo un sitio tranquilo, un lugar donde presentarnos su tercer disco, “Rojo y Rosa”. Álbum que le  devuelve a sus orígenes del toque para bailar.
Flamenco madrileño, del Rastro, este Carbonell nos puso al día sobre su carrera y de paso abrió el baúl de los recuerdos con una lección de Historia del Madrid flamenco más reciente.

Tu tercer disco se llama “Rojo y Rosa”, venías de “Desvaríos” con Jorge Pardo ¿En qué consiste el cambio?
Bueno, quería buscar un título fácil, pero al final me decanté por esto porque aquí quiero decir más, quiero llevar a una atmósfera diferente. Es la conjunción de la lírica del rosa, del compromiso y la pasión del rojo, sin tintes políticos, más bien flamencos.
La obra que yo he creado son seis escenas con historia propia, donde el que lo escucha no está preso de una estética y luego cambia a otra cosa, otro tema. Son cortes vivos y que además muchos dependen entre sí. Y como se puede oír, es una guitarra para baile donde se me devuelve a mis orígenes, en los que yo me empapaba del baile”.

¿Entonces es un disco de baile?
Es un concepto de flamenco y de guitarra para baile, música del nuevo flamenco, de esta nueva onda. El baile ha formado tanto de mí… que yo cuando toco pienso en el baile, y ya está, me sale”.

En la Intro aparece uno de los grandes, Javier Colina
Es un músico al que conozco y con quien trabajo desde hace más de veinte años. Quizá yo fui el primero que lo presentó en sociedad a los flamencos con los que luego colaboró. Le metí  a tocar con Carmen Linares, Enrique Morente…
Es la introducción, la primera escena, lo que da pie al espectáculo. Colina está impresionante, su contrabajo es fundamental en mis ideas y en todo el disco”.


Agustín Carbonell «El Bola» en la guitarrería Pedro de Miguel

“Paralelos” es para mí lo mejor del disco, scordatura incluida
Sí, bajo la sexta en RE y la segunda a LA. Trato de darle a la pieza un sentido argumental con la guitarra, si es que eso puede ser posible. Y lo busco intentando que la danza se sienta a gusto con mi música, que pueda exprimir sus posibilidades. No es este un concepto de guitarra en el que luego viene un gran bailaor y pone su granito. No. La concepción en mi música en este tema y en el resto del disco, parte del baile, no lo utiliza como adorno. Y además busco un compromiso del que estoy muy satisfecho”.

Hay una oración
Es una concepción yo creo que novedosa. El flamenco tiene un número de palos y derivados que todos conocemos, pero no hay ninguno donde yo vea que la guitarra se puede mostrar como tal al Creador, a Dios. Y bueno, aquí no sólo hago eso sino además con bastante “miga” técnica…”

“Mi barrio flamenco en concreto es Tirso de Molina. Es una pequeña parte de un todo que se llama el Rastro, que es el distrito más flamenco del Mundo, porque en él se han juntado todos los flamencos de todos los barrios de España”

Luego el disco va mucho más centrado en la coreografía, en el baile, cuando entra el cante
Y de nuevo sus títulos tienen su historia. “La Ventana” es un poco un homenaje al sentido de la libertad que me da hacer algo tan simple como ver una ventana, la luz que entra y sale, el aire. Es algo que quise hacer por tientos-tangos porque le tengo mucho respeto a ese palo. Y además para baile. Los grandes maestros siempre decían que un toque para bailar tiene que durar por lo menos diez o doce minutos. Algo que hago con “Piedras” y con “La Ventana” de la que te hablo.
En “Piedras” me refiero al tiempo, a lo que poco a poco se va modelando, como las piedras, que no son pasajeras. Para mí muchas claves de la vida parten del concepto de tiempo”.

Haces una apuesta por el cante joven, gitano y madrileño
Porque son músicos complejos a pesar de su juventud y cantan de maravilla. Musicalmente son muy buenos. Por un lado Saray Muñoz, la hija de Tina de Las Grecas, que tiene un soniquete que me vuelve loco. Y el Piculabe, que es un estudioso y está en un buen momento. Son artistas jóvenes que se adaptan a lo que les pides y aprendemos unos de otros. Ellos saben mis posibilidades, me escuchan… y son madrileños. El flamenco de Madrid es el más cosmopolita, el más completo, yo creo”.


Piculabe, Saray Muñoz, Claudio Villanueva, Agustín Carbonell «El Bola» – foto Manuel Montaño

Y dentro de Madrid tu barrio tiene su personalidad
En el Rastro están el Güito, primo de mi madre. Por parte de mi padre quizá hay un mayor número de artistas, pero vamos, que todos lo llevan en la sangre. Y del arte yo creo que el baile es lo que prima en mi familia. Por eso cuando hago música pienso en ello pero tratando de ponerle conocimiento. Porque cuando tocas para bailar tienes que saber de guitarra, de cante y de baile.
Mi barrio flamenco en concreto es Tirso de Molina. Es una pequeña parte de un todo que se llama el Rastro, que es el distrito más flamenco del Mundo, porque en él se han juntado todos los flamencos de todos los barrios de España. Te podías encontrar en la calle Amparo a mi padre con Bernardo el de los Lobitos, con el Chaqueta. Cruzarte con Pepe de la Matrona, todos los miembros de la saga de los Pelaos, Porrina, Joselito Soto “Sorderita” te lo encontrabas con Ray Heredia en la calle Mesón de Paredes…. En las corralas te encontrabas a payos y gitanos cantando, hay cantidad de guitarristas y constructores…de aquí era Montoya, pasaba temporadas Sabicas… recuerdo un pasado en el Rastro donde se tocaba por rumba diferente, se creaba el flamenco pop… había una vida brutal”

Volviendo al disco, hay un fandango por bulerías, de esas cosas que ya no se ven
Para mí es el palo más íntimo del flamenco, lo más”.

“No quería morirme en el infierno que eran aquellas noches, aquel ambiente, la “generación droga”, que era como yo la llamo…y la música estaba ahí para salvarme. Y toda mi generación estábamos en el abismo”

¿Te ha llevado mucho tiempo?
Un año en pensarlo, digerirlo y elaborar los temas. Con días largos, muy duros, de soledad absoluta. Y sólo dos días en grabarlo. Yo creo que merecía la pena, porque demuestro que conozco el baile y la música que requiere. Y eso no se hace. Hoy en día la gente habla de Paco de Lucía y de Manolo Sanlúcar y no saben que esos dos pedazo de maestros se mataron a tocar para cantar y bailar. Su conocimiento parte de ahí, y eso hay que reivindicarlo, algo que trato de hacer yo. Es muy cómodo sentarse y tocar lo que quieras, pero también hay una cosa que se llama respeto y si ves lo que hay detrás no tocas frívolamente de solista”.

Eres una persona que ha viajado para quedarse largas temporadas en los sitios más insospechados. Me gustaría que me explicases eso.
En el flamenco y no sólo ahí, en España, no estamos acostumbrados quizá a ver los cambios de residencia para aprender de otras culturas. Y con treinta años sentí la necesidad de marchar, de buscar cómo contar cosas diferentes. Y el baúl que me llené con cosas de Brasil y Túnez…
También tenía que marchar del ambiente flamenco de aquella época, por respeto a mi persona. No quería morirme en el infierno que eran aquellas noches, aquel ambiente, la “generación droga”, que era como yo la llamo…y la música estaba ahí para salvarme. Y toda mi generación estábamos en el abismo, nos podíamos morir…”


Agustín Carbonell «El Bola» – foto Manuel Montaño

Y ahora, en comparación con esos sitios ¿cómo está nuestra música?
En Brasil yo creo que se nos lleva ventaja. En primer lugar porque allí la música va muy ligada a la espiritualidad, más que aquí. Luego es el país en el que la música popular tiene más fuerza de todo el mundo. Es más, yo diría que el arte popular en general.
Aparte de todo eso, nos llevan ventaja en Europa porque aprenden de lo que hemos hecho mal aquí, sobre todo de las guerras y las luchas políticas. Y han cogido de nuestra cultura lo que les puede valer.
En África la riqueza es impresionante en cuanto a historia. Aquí aún sigue siendo un tabú todo lo relacionado con las culturas árabes y africanas y nos quedaríamos alucinados. Ellos fueron los primeros en crear cameratas, son los verdaderos antecedentes de nuestros guitarristas…”

“Ahora los discos son de ciencia ficción, “hiper-pinchados”. Y el flamenco nunca fue así, es una música viva, no enlatado. Además, los guitarristas que pinchan tanto luego no pueden, porque es imposible, llevarlo a un directo”

Me hablabas de una huída, una catarsis
Es cierto. Ahora hemos aprendido la lección, no sólo el flamenco, también otras músicas, el cine…aquel aluvión nos sobrepasó. Pero sí, con esa catarsis, en la que había en el fondo mucho amor a mi familia, al flamenco… lo superé todo”.

¿En qué líos andas metido ahora?
Estoy muy contento. He conseguido hacer un disco complejo en dos días de grabación y sin cortes. Ahora los discos son de ciencia ficción, “hiper-pinchados”. Y el flamenco nunca fue así, es una música viva, no enlatado. Además, los guitarristas que pinchan tanto luego no pueden, porque es imposible, llevarlo a un directo. Y es que además la gente que compre un disco por veinte euros te va a pedir los fuegos artificiales esos, los mismos que grabaste, en directo. Y no puede ser. No me gustan los fuegos artificiales.
Así que tratando de evitar eso he conseguido hacer un disco defendible y que abarca la guitarra, el baile…
Ahora estoy centrado en defender esto, es mi futuro inmediato”


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