Ana Morón

En Paris, tras la oscura etapa de la 1ª Guerra Mundial, de la mano del diseñador Paul Poiret, surge una época de euforia en la que cualquier cosa exótica estaba de moda: el Ballet Ruso, el orientalismo místico, estampados orientales, flores chinas y japonesas, flecos y colores vivos. Se creó una moda lujosa, pero muy moderna, que contribuyó a un cambio en la forma de vestir de las mujeres de la época, liberándolas de corsés y anteponiendo una belleza natural.

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